Mi abuela se avergüenza e insiste en que ‘eso’ no se cuenta, aunque sé que ha sido ella la que le ha mandado una carta al arzobispo y que él le ha contestado que no puede hacer nada. Escucho por primera vez la expresión ‘hábeas corpus’.
Corpus. Le tengo miedo al cuerpo, al dolor. Con el tiempo, iré comprobando que mi cuerpo funciona a pesar de mi pavor, que cada parte mía es capaz de soportar la vida. Le voy ganando confianza a la vida con los años. A los 15, pensaba que si tenía novio no podía morirme. Así fui tirando.
¿Y ahora, qué?
Escritora y periodista cultural nacida en Argentina, Analía Iglesias se mudó a España hace casi dos décadas. Tras publicar varios libros de ensayo y poesía, esta es su primera novela, en la que su personaje, Nora –la hermana menor de un desaparecido en la dictadura argentina– intenta una existencia que redima el sufrimiento de los mártires de la militancia política, para que sus muertes no hayan sido en vano. En su propia búsqueda, sin embargo, encuentra una ética del placer en la que no cabe la opción de morir con gloria por alguna patria. “Mártir testarudo”, protestará Nora, refiriéndose a aquel hermano secuestrado del que los vecinos dirán: “¿Se lo llevaron? Y algo habrá hecho”.
«Conmovedora novela. Si los narcisos florecen, es revolución supone un acercamiento cálido y crudo a la experiencia de aprendizaje afectivo, sexual, político, en fin, vital, con un terrible duelo de fondo, que acaba afectando todos los planos de la vida».
COLABORACIÓN con la Agencia literaria ARREBOL
Edición 16/08/2021
Características 180 pág. 135x205 cm. 1 gr.
Biografía del Autor
Analía Iglesias nació en Córdoba, Argentina, y vive en España desde hace casi dos décadas. Escritora y periodista, colabora con El País y otros medios españoles y latinoamericanos en temas culturales y de género, derechos humanos, ciencia y medio ambiente. Coordinó durante cinco años el blog Eros de El País y es autora, también, en África no es un País de Planeta Futuro.
Vivió casi cuatro años en Rabat, la capital marroquí, experiencia de la que nació un libro de crónica y poesía llamado Machi Mushkil. Aproximaciones al destino magrebí, pendiente de publicación en España. En Marruecos trabajó como docente universitaria y cofundó el espacio cinematográfico Casa-Docks, en Casablanca. Cada año, desde 2015, ha presentado la sección documental del Festival Internacional de Cine de Mujeres de Salé.
Además, escribe biografías sobre mujeres en la Historia para RBA y es coautora de dos libros de ensayo, publicados por la Editorial Catarata. Como ensayista, se acerca a la afectividad de la época para indagar en las pulsiones sexuales y en la función que cumplen en la actual sociedad de consumo.
Su primera novela Si los narcisos florecen, es revolución acaba de ver la luz en la editorial Cuarto Centenario en colaboración con la Agencia Literaria Arrebol S.L.
En Twitter: @analiaigles
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Reseñas de escritoresLa posdictadura argentina como educación sentimental ‘Si los narcisos florecen, es revolución’, la primera novela de la periodista y ensayista Analía Iglesias, narra la vitalista búsqueda de la identidad de la hermana menor de un desaparecido durante la última dictadura militar en Argentina.
El legado de los mártires, los deberes políticos adquiridos y la propia ética del placer conducen a un lugar en el que el sujeto y el objeto revolucionario son uno, tal como lo expresó el escritor Patricio Pron. En este otoño español pródigo en literatura, acaba de publicarse ‘Si los narcisos florecen, es revolución’ (Editorial Cuarto Centenario, en colaboración con la agencia literaria Arrebol). Esta novela, la primera de la periodista y ensayista Analía Iglesias, es la historia de la hermana menor de un desaparecido durante la dictadura argentina que vive, primero, intentando reeditar la existencia del hermano mártir que le arrebataron los militares, sin darse cuenta de que eso forma parte de su propia educación sentimental (y política), en los 80, años de la primavera democrática en Argentina. En ese darse cuenta va finalmente la propia búsqueda del placer y la ética de vivir, ya residiendo en Alemania, en España y en Marruecos (lejos de su país).
Los hijos y hermanos menores de los secuestrados y asesinados durante el genocidio heredaron una marca ética y un legado político que tuvieron que conjugar con sus propias ideas y sus propios deseos y, en ese tránsito, lidiaron con el narcisismo de los líderes de las causas perdidas. Hay, en este sentido, un ajuste de cuentas con el activismo político durante los primeros años de la post-dictadura. Con el deber de fondo, la novela tiene, sin embargo, un tono “vitalista” que atraviesa paisajes y décadas, al decir de la escritora Valeria Correa Fiz, que acompañó a la autora en la presentación de Madrid, días atrás. OTROS ESCRITORES HAN DICHO: «La promesa cumplida de una revolución sin revolución, en la que el sujeto revolucionario y su objeto son uno y el mismo, la inquietud y el tránsito entre países y entre décadas son el asunto central de este libro». Patricio Pron «Es una novela caleidoscopio. Muchos espejos. Algunos te hablan, otros enmudecen. Algunos te dicen quién debes ser, otros reflejan recuerdos y ausencias.
Algunos exploran el cuerpo y sus fronteras, otros son bandera, soflamas de revoluciones truncas. Algunos acarician como el primer amor, el primer beso, el primer roce, otros acuchillan, deforman las esperanzas, el afecto. Algunos te leen, otros los lees. No dejen pasar esta maravillosa novela. Y, sí, claro que sí, es revolución». Mohamed El Morabet «Conmovedora novela. Si los narcisos florecen, es revolución supone un acercamiento cálido y crudo a la experiencia de aprendizaje afectivo, sexual, político, en fin, vital, con un terrible duelo de fondo, que acaba afectando todos los planos de la vida». Viviana Paletta
- Reseña de Mohamed El Morabet
- Reseña de Patricio Pron
